
Jean-Baptiste-Camille Corot

Jean-Baptiste-Camille Corot nació en el seno de una familia de comerciantes y en su juventud se inició en el oficio de pañero. Sólo a partir de 1822 recibió el permiso paterno y el apoyo financiero familiar para comenzar su carrera de pintor. Ingresó en el taller de Achille-Etna Michallon, que le instruyó en la doctrina neoclásica y le aconsejó que comenzase a pintar al aire libre. Pocos meses después, tras la muerte de su primer maestro, continuó su formación junto a Jean-Victor Bertin. En 1825 Corot viajó a Roma, donde pasó los tres años siguientes. Los inviernos se dedicaría a trabajar en su taller y realizar obras de mayor tamaño, destinadas a ser expuestas en el Salon. Además de su dedicación al género del paisaje, Corot también se interesó por la figura humana, por lo que parte de su obra privada se centró en realizar retratos de amigos y familiares. A partir de la década de 1830 su obra alcanzó un mayor reconocimiento y recibió un impulso definitivo en 1840 cuando Le Petit Berger (La Cour d’Or, Musées de Metz) fue adquirida por el Estado. En 1846 Baudelaire y Champfleury hicieron alabanzas de su arte y muchos coleccionistas y galeristas, entre ellos Paul Durand-Ruel, comenzaron a interesarse por su obra. En torno a 1850, su pintura comenzó a centrarse en sus propias impresiones de la naturaleza y sus paisajes poéticos, a medio camino entre lo real y lo ideal, despertaron un gran interés. Ello provocó que Corot comenzase a repetir sus temas y que se propagasen las imitaciones de su obra. Murió en 1875.